Experiencia de intercambio “A mis colegas les recomiendo no quedarse quietos”

Como parte de la difusión de la labor llevada a cabo por nuestros docentes y estudiantes en pos de fortalecer las redes de intercambio y colaboración internacional les traemos la experiencia de William Zuluaga Botero, Doctor en Matemáticas, docente de nuestra Facultad, miembro del NUCOMPA e investigador asistente del CONICET.

Dentro de la formación de William se encuentran diversas estadías en institutos extranjeros como su Postdoctorado en el laboratorio Jean Dieudonné de la Universidad de la Costa Azul y sus intercambios en la Universidad de Nicolás Copérnico de Polonia y en el CECIC de España, ambos en el marco del Proyecto Horizonte. En la entrevista va a destacar la importancia de los programas de movilidad para la formación profesional, personal y también como representación de nuestra facultad, universidad y ciudad, en ese sentido William va a recalcó “que haya tanta actividad es algo que hay que resaltar y de lo cual la gente tiene que apropiarse, eso puede inspirar personas, eso puede hacer que la gente le den ganas de seguir acá”.

Les compartimos la entrevista completa:

¿Cómo te enteraste de la convocatoria?¿Encontraste dificultades para postularte?

El Proyecto Horizonte 2020 en particular es parte de un proyecto más grande que vincula distintas universidades, entidades de Europa, de Estados Unidos y de Argentina (que  nos nuclea a través del CONICET).  Estamos hablando de alrededor de unos siete, ocho países que forman parte y que a su vez, vinculan un montón de universidades.
Por mi parte, llegó al proyecto a través de Sergio Celani, que es el director del núcleo al cual pertenezco, y él nos incentiva a este tipo de convocatorias, nos ayuda a organizarnos y vincularnos. 

Entonces la postulación como tal la hicieron desde Europa, por suerte salió el proyecto y ese fue el trayecto a nivel de aplicación. 

 

¿El proyecto contaba con financiamiento, verdad?

Sí, contaba con financiamiento. El proyecto es un proyecto de intercambio, entonces la idea es que viajes a alguna universidad asociada y te contactes con la persona con la cual querés trabajar.

Ellos te pagan el pasaje y te dan una dieta para vivir durante el periodo de la estadía que es mínimo un mes, máximo tres por cada estancia que realizás.

En mi caso, realicé dos estancias. Estuve un mes en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial, que está dentro del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), pero es independiente, pertenece al CECIC, que sería como el CONICET de España. También estuve, un mes, en la Universidad de Nicolás Copérnico, que está en Torun (Polonia). 

 

¿Y encontraste alguna dificultad para postularte?
No, por esto que ya contaba, cómo no es una postulación personal no hay mucha dificultad en ese sentido, porque estás con gente que es reconocida, con gente que te puede ayudar un poco a avanzar en ese sentido.

 

¿Notaste que los investigadores estaban abiertos a recibir gente? 

La verdad que sí. Es un es un lindo proyecto porque nos permite viajar, pero también ha sido recíproco, quizás no en la medida en que en la que a uno le gustaría. Pero sí ha venido gente de allá, de hecho aquí hubo algunos chicos que están formándose en doctorados de allá y vinieron a trabajar a Tandil, hará dos años. Justamente su director era de la Universidad de Barcelona, él vino y estuvo unos meses.

 

¿Cómo fue la experiencia desde que te aceptaron hasta la llegada al Instituto de Inteligencia Artificial?

A nivel de trámites fue bastante sencillo porque la ventaja es que en ese instituto en particular se encontraba el coordinador general del proyecto, entonces era mucho más directo todo. Pero también reconozco que hay casos en los que es un poco más complicado porque cada unidad ejecuta sus recursos. Si bien tienen que reportar al coordinador general, cada unidad ejecuta como le corresponde. La Unión Europea le da presupuesto a cada universidad y cada una de ellas ya tiene sus modos de distribución. Hay unas que son más expeditivas que otras.

 

¿Cómo fue tu experiencia en el proyecto?

Bastante buena. Siempre es complicado en estos casos por muchas razones. Complicado en el sentido de que vas a trabajar con alguien que no conoces. En muchas ocasiones vas a sitios en los que no has estado antes.

Entonces hay todo un periodo adaptativo en el que te tenés que ubicar. Por otro lado, hay veces que hay lugares donde te pueden recibir mejor y otros  no tan bien. No en el sentido de la displicencia, pero quizás no tienen tiempo, están muy ocupados. 

Desde esa perspectiva, puede ser a veces un poco complejo, pero eso se da en todos los proyectos. O sea, no es para desmotivar, sino al contrario, es para entender que es parte del proceso. Yo tuve la suerte de que me recibieron muy bien siempre. Trabajé incluso con gente de acá. En Polonia hay una compañera de acá también (Paula Menchón). Fue a través de ella que yo pude llegar allá. Entonces fue como trabajar con gente de acá, pero allá. Eso facilita mucho las cosas. Y en los otros lugares también hubo mucha disposición, muy buena recepción.

¿Y qué destacarías de esa experiencia?
A nivel personal el viajar es una oportunidad muy grande, sobre todo en estos tiempos que se hace más difícil acceder a eso. Lo segundo, me parece que contribuye  al ensanchamiento de las relaciones laborales, conocer grupos nuevos, vincularte con personas diferentes. Permite expandir tu horizonte profesional. En mi caso, uno va a estudiar, como decía, con gente nueva, pero a su vez ellos tienen visiones diferentes. En ese sentido, esa retroalimentación es muy buena y te abre la cabeza totalmente, te abre el mundo. Eso me parece que es clave en una universidad. Uno no se tiene que quedar con la idea de que estamos acá y ya. Hay que conectarse, comprendo que es difícil, pero uno no se puede quedar con eso. 

En particular, en Argentina a mí me da esa sensación que uno está mucho más conectado que en lugares que tienen más recursos y están incluso más cerca. Entonces, hay que aprovechar eso. 

 

¿Y con esas personas seguís manteniendo contacto? 

Sí, vínculos laborales, siempre trato de que quede algo. Porque no es simplemente ir y pasear, es que eso te sirva para más adelante. Yo por ejemplo en Polonia estoy trabajando con Paula pero también con la persona que me recibió ahí (que era su director y está haciendo un post doc) y esa relación ya lleva tiempo también, ya que fue la segunda vez que iba. Ya había un nexo y tenemos trabajos ahora.
Está la relación y con la gente de España también. Hay cosas en conjunto, como intereses comunes.
Empezas a aparecer en el mapa también, porque vos  no te estás representando solo a vos, sos de Tandil, de la UNICEN, de Exactas. Y desde allá, se interesan y miran. No es que se quedan solo en las Universidades grandes como por ejemplo la UBA, la de Córdoba, sino que vos abrís camino también. 

 

¿Qué desafíos tiene trabajar en un proyecto conjunto de investigadores de innovación internacional?
Bastantes, nada insalvable creo yo. Lo primero es la barrera de la cotidianidad porque estás en otro lugar que no es tu casa y eso a uno lo afecta en muchos niveles. Segundo, el idioma a veces puede ser una complicación. Eso hace que la manera de comunicarse sea complicada. A veces también las formas de trabajo son distintas, uno tiene una manera de trabajar acá, por ahí ellos tienen otra y conciliar eso a veces lleva tiempo. No digo que sea imposible, pero lleva tiempo. 

Son distintas cosas, pero yo creo que es una posibilidad muy bonita que uno siempre tiene que aprovechar en la medida en que se pueda. Entonces, el desafío también es cómo mantenerlo. Porque está bien, se dio la oportunidad, pero uno quiere que eso rinda frutos. Y es como una planta, la tenés que regar de alguna forma u otra. ¿Cómo? Con trabajo, estando en contacto.

Lograr infundir a los que están alrededor de uno que eso es una parte importante de la carrera de un investigador, no te podes quedar acá planchado, quejándote que no hay financiación. Hay que salir al ruedo y hay que buscarlo. Eso también es un desafío importante, porque si uno quiere que crezca el lugar donde uno se desempeña, el crecimiento no solamente tiene que ser individual, tiene que venir de la gente que está alrededor. Entonces, por ahí, contagiarles ese espíritu también es complejo a veces. 

 

¿Qué aporte tuvo para tu carrera profesional? 

Me ha permitido conocer técnicas nuevas que desconocía. También me ha permitido ver que lo que yo sé se puede se puede aplicar en otras cosas que no sabía, conocer cómo son los sistemas universitarios de afuera que funcionan distinto. Te da otras perspectivas más amplias, no solo a nivel intelectual, sino también a nivel pragmático y funcional. Eso te permite a vos, amplificar tu capacidad de entender las cosas. Pero hay gente a la que eso le resulta más difícil, a mí no, a mí me gustan esas cosas. 

Y claramente el asunto de expandir las redes de trabajo para mí ha sido una meta a nivel profesional, que uno pueda tener redes de trabajo que se extiendan, más aún en en el contexto en el que vivimos que realmente estás a un mensaje de distancia, no importa en qué parte del mundo estés. Entonces, teniendo eso a favor, pues en medio de la carencia, está bueno poder expandirse y, poder ser conocido, reconocido y  trabajar con gente de otras partes. Siempre está bueno eso.

 

¿Considerás que es importante que la facultad/universidad participe en estos tipos de convocatorias internacionales? ¿Y qué le recomendarías a tus colegas para que se animen a hacer algo así?

Me parece perfecto que se esté difundiendo lo que hacemos desde la universidad. No solamente somos docentes y eso está bueno que la comunidad lo vea, tanto los estudiantes, como los pares. Sobre todo en el contexto en el que estamos, en el que está presente la discusión de qué de que acá no se labura. Y es todo lo contrario.

Más aún para una universidad pequeña,  que haya tanta actividad es algo que hay que resaltar y de lo cual la gente tiene que apropiarse. Eso puede inspirar personas, eso puede hacer que la gente le den ganas de seguir acá.

A mis colegas les recomiendo no quedarse quietos. O sea, siempre hay que estar buscando la posibilidad de ir un poco más allá en lo que uno está haciendo. Reconozco que no es fácil, pero uno no se puede quedar con la comodidad de la incomodidad. Entonces es preferible estar incómodo en la comodidad que al revés. Y sí, cuesta, pero se puede. Lleva trabajo, es un poco frustrante en muchos sentidos, pero es la trayectoria que uno busca. Entonces, hay que seguir adelante y seguir moviéndose. Esa es mi recomendación.