Esta es la historia de un estudiante universitario con un constante deseo de viajar y de conocer el mundo. Máximo Librandi, graduado de Ingeniería de Sistemas, encontró en EXA una aliada para cumplir ese objetivo. En diálogo con la Facultad, reconoce que las oportunidades ofrecidas por nuestra institución, como becas de intercambio y formaciones en el exterior, fueron clave para potenciar esa búsqueda. Estaba cursando 3er. año de la carrera de Sistemas cuando un día caminando por la facultad vio colgado de la cartelera un volante que decía: “¿Querés ganarte un viaje a China? Traé tu CV y tu mail y nosotros te presentamos”. Luego de una primera experiencia en China hoy vive su presente en la prestigiosa Columbia University, donde cursa sus estudios de Maestría con el apoyo de una Beca Fulbright. En esta nota te contamos destellos de este recorrido con muchas millas en su haber. 

“Siempre estaba pendiente de pasar por la cartelera cuando iba a la facultad a ver qué oportunidades hay de ir afuera…no es lo mismo viajar que ir a capacitarte, conocer estudiantes de la misma carrera, de tecnología, de otras facultades”, dice Máximo a través de una videollamada realizada a principios de agosto, a días de tomar el avión que lo llevaría a esta experiencia que persiguió desde que retornó de China. ¿China? Si, leíste bien. La búsqueda de sumar experiencia internacional no arrancó ahora para Librandi.

Fue en 2019 que obtuvo la beca para participar de un viaje de estudios al gigante asiático. Recuerda que fue un proceso arduo: “No fue nada fácil…una trayectoria de varias etapas de evaluación de distintas capacidades”. Pero le salió. Máximo no sospechaba siquiera las puertas que le abriría este viaje de 15 días. No solamente mantuvo el contacto con China, lo que lo llevó a empezar a trabajar remoto, de agosto de 2020 a julio 2021, en plena pandemia, en el programa de “Jóvenes profesionales” de Huawei, una de las grandes tecnológicas del mundo, sino que lo entrenó para lo que se vendría. 

Con la idea fija de descubrir el mundo formándose, volvió de China y siempre volvía a la cartelera. En la diaria de Librandi, había un momento para volver a mirarla:  “Cuando iba a la Facultad pasaba a ver qué oportunidades había de ir afuera”. Hasta que apareció una oferta para postularse a una Beca Fulbright. La organización tiene distintas opciones, pero en su caso, obtuvo una para hacer Máster y Doctorado, en conjunto con el Ministerio de Educación de la Nación. Se inclinó por esa opción, por una cuestión de simplicidad: había que presentar algunos papeles menos y pedían menos requisitos en conocimientos del idioma inglés. Siempre contrareloj, se enteró de la convocatoria a días de que cierre, por lo que la asistencia de la Secretaría de Investigación y Posgrado fue fundamental para llegar a presentar la documentación necesaria, punto importante a destacar por lo complejos de antemano que suelen percibirse estos procesos, y ojalá fuese solo por la cuestión burocrática. A nivel emocional también aparecen trabas y Máximo tiene algo valioso para decir al respecto: “Siempre está el que dice yo no aplico es re dificil…yo siempre que veía algo, aplicaba…y si no quedaste bueno, mala suerte…no es que fracasaste, algo vas a aprender […] esas experiencias de haber aplicado, preparado CV, escrito ensayos, te sirven o por ahí te abren la puerta a contactos, a futuras oportunidades […] podes ser vos el que se gana la beca”.    

En abril de 2022, comenzó este largo proceso, de muchas instancias. El camino de postas inició con una preselección que consistió en una entrevista en conjunto con Fulbright y el Ministerio que resultó positiva y lo convirtió en Becario Fulbright, algo que dio lugar al segundo paso: la aplicación a las universidades. A esto se dedicó entre septiembre de 2022 y enero de este año. A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, este proceso requiere de la presentación de una cantidad demencial de documentación, además de rendir exámenes de inglés y de lógica, con los que evalúan en qué percentil se ubica cada candidatx para definir si lo admiten o no. En este punto, el ida y vuelta con Fulbright fue clave para la selección de universidades. Librandi profundiza: “Elaboré un plan que le transmití a Fulbright y ellos te orientan con la selección de universidades a las que aplicar, donde hay un balance de chance de admisión y ayuda financiera para asegurarte que alguna te admita”. Este intercambio con la organización, le dio la posibilidad de recortar un universo inmenso de universidades posibles. Así definió que serían Stanford, en Silicon Valley, Berkeley en California, New York University y Columbia, en Nueva York. Para elaborar ese listado, también se basó en la historia de las universidades del norte: Columbia por ejemplo es parte de la Ivy League, una de las ocho universidades fundacionales del país del norte. Un criterio adicional rigió la selección definitiva: sus ansias de perfeccionar en IA. 

Un año y unos meses más tarde se estaba embarcando para empezar su vida estudiantil en ese destino soñado, literal. ¿Por qué Nueva York? Máximo conoció la ciudad que nunca duerme en 2017 y el que no pudo dormir fue él. El destino lo cautivó: “Desde ese momento quiero volver de alguna forma, a trabajar o estudiar”. 

En marzo de 2021, Máximo había presentado de manera virtual su tesis sobre herramientas usando técnicas de deep learning para clasificar la calidad de muestras de granos de maíz con inteligencia artificial y procesamiento de imágenes, bajo la dirección de Paula Tristan y la codirección de Laura Felice. En ese momento, todavía estaba lejos de su presente pero los hilos del destino empezaban a tejerse y acumulaba experiencias laborales diversas que alimentaron su curiosidad y ordenaron sus necesidades de formación. En ese entonces, su laburo como analista de IBM en procesamiento de grandes volúmenes de datos dio un vuelco y se vio trabajando en “Thomas Watson”, un centro de la misma empresa, pero de Nueva York. Se trataba de un laboratorio de información en “Neurosymbolic AI”, que es, según explica, inteligencia artificial mezclada con lógica. Para Máximo, la investigación no fue parte de su repertorio de opciones durante la facultad, pero luego de su paso por IBM lo consideró. Su experiencia en este campo terminó en julio de ‘22, cuando ya al tanto de la beca, decidió nuevamente migrar de trabajo y desembarcó en una startup californiana. En ese entonces, tenía nuevos objetivos y ahorrar estaba en el puesto uno de sus prioridades.

Hace unos días cuando contactamos a Máximo para avisarle sobre esta publicación nos contó que algunas definiciones todavía las tiene pendientes. Después de estudiar los programas de cada uno de los diez tracks o especializaciones que propone Columbia, se quedó con dos, opción que todavía no decanta: machine learning -lo que se llevó de la tesis y de su trabajo en IBM- y NLP o procesamiento de lenguaje natural. Para finalizar su programa de posgrado, tiene que reunir 30 créditos , y cada materia le otorga 3, por lo que su hoja de ruta contiene 4 materias para este cuatrimestre, 4 para el siguiente y 2 para el final, que es uno de los trayectos sugeridos. Otras materias como inglés, desarrollo profesional y liderazgo no dan créditos, pero están dentro de sus prioridades, porque como dice “brindan muchas herramientas”. La participación en ferias de trabajo desarrolladas en paralelo a partidos de soccer, tal como se ven en las películas, son hoy una realidad palpable para Máximo. Eventos de bienvenida, merch, networking, conocer a sus compañeros…en esa está. Esta experiencia promete y nosotrxs prometemos mantenerlxs al tanto de como sigue.