Vicky Francke es una estudiante de intercambio que llegó a Argentina a fines de julio proveniente de Karlsruhe, una ciudad ubicada al sur de Alemania, cerca de Frankfurt. Vicky no es apodo de Victoria o Virginia. Es su nombre tal como está registrada en las bases de nacimientos de la potencia europea. Ella tiene 23 años y estudia Ingeniería Mecánica en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (se pronuncia Karsua). Decidió estudiar esa carrera porque le gusta la matemática y en la escuela se desempeñaba bien en esa materia. Además, el amor por la Ingeniería viene de familia ya que su padre es Ingeniero Civil y su madre es Matemática. Toda su vida tuvo contacto con estas disciplinas.
Al conversar con la Facultad a inicios de Septiembre, lo hace congelada y señala la diferencia climática, al menos a esta altura del año, entre Tandil y Alemania. “Hace mucho mucho calor en Alemania en este momento pero yo no soy de esas personas a las que les gusta mucho el calor”, con esta afirmación nos transmite comodidad acerca de su presente en nuestra ciudad. También nos comparte que Tandil le gusta mucho en general hasta el momento, que se siente bien aquí. Ella aprecia la naturaleza que la rodea y ha realizado algunas caminatas en las sierras.
Vicky es de esas personas a las que les gusta moverse. Esta experiencia lo demuestra con creces, aunque esto también refiere a su gusto por practicar deportes. Menciona que poco a poco está generando nuevas amistades y que el fútbol, el futsal más precisamente, que practica en la Universidad dos veces por semana, la está ayudando a generar vínculos. Al respecto dice que: “No es fácil conocer gente, mis compañeros del Instituto son super amables, compartimos el almuerzo juntos, aunque son más grandes que yo, así que jugar ayuda”. También está disfrutando de la vida cultural. Tuvo la oportunidad de ver al Ballet estable de la UNICEN en una performance de Folklore y de Tango, espectáculo que le gustó mucho y también experimentó la cultura argentina en una reciente visita a Buenos Aires. Como otrxs extranjerxs que visitan nuestro país, también aprovecha su estadía para conocer la mayor cantidad de rincones argentinos posibles: estuvo en Iguazú a prinicipios de Agosto y en Jujuy a mediados de Septiembre.
Tal como ocurre entre el estudiantado europeo, para Francke esta no es su primera vez como intercambista. Anteriormente estuvo en Canadá, en 2015, cuando durante 10 meses fue a la escuela secundaria y luego en 2021 estuvo en España, en un intercambio estudiantil denominado Erasmus, muy conocido en Europa.
Argentina decantó como una opción certera porque le gusta Latinoamérica. Al respecto nos compartió que: “Latinoamérica es muy importante para mí y quiero aprender español, por eso cuando vi la pasantía del IFAS, no dudé”.
Llegó a Argentina a fines de Julio y a Tandil a mediados de Agosto. En total, permanecerá 10 semanas en nuestra ciudad. La oportunidad de venir a realizar una experiencia en el IFAS era la única oferta de pasantía en Argentina vinculada a sus estudios, única también en Latinoamérica, en un programa de intercambio mundial, donde otros destinos eran, por ejemplo, la India.
Para Vicky, esta experiencia de pasantía se encuadra en la cursada de su carrera de grado, en el marco de una estadía de intercambio en el extranjero. Aunque ya realizó anteriormente experiencias internacionales, son sus primeras experiencias de trabajo en un laboratorio.
Actualmente, sus días los ocupa en la realización de experimentos en el IFAS. Se trata de observar gotas que se vierten en un plato en el que se encuentra un gradiente de temperatura que genera que la gota se mueva, a raíz de tensiones en la superficie de la propia gota. La intercambista se ocupa de realizar el experimento y de observar cuáles son los efectos de las modificaciones en las variables que van imprimiendo. Hasta el momento de la entrevista habían experimentado con líquidos. En el horizonte se presenta la realización de experimentos con la incorporación de partículas en dichos líquidos.
Al respecto de su nóvel experiencia de trabajo en el laboratorio, nos interesó conocer su impresión acerca de las brechas entre los equipamientos de laboratorios existentes entre Latinoamérica y Europa, considerando sus intercambios previos y lo que puede conocer acerca de su propio país. Acerca de este punto respondió: “No tengo realmente muchos parámetros para comparar, pero siento que están bien…diría que también depende de la Universidad o Instituto en que estés realizando una experiencia. Puede que algunos sean más nuevos y mejores o peores…En relación a los equipos con los que trabajo acá a diario, diría que no hay grandes diferencias o que son similares”.
Sobre la vivencia de trabajar en un laboratorio menciona: “me gusta efectivamente hacer algo y observar sus progresos..me interesa poder experimentar el proceso completo: desde su puesta en marcha, el set-up, realizar el experimento, analizar los datos, ver lo que medí…es algo productivo, estás haciendo algo con tu tiempo”. Cuando le consultamos por el contraste entre la posibilidad de experimentar y la teoría, ella no evalúa qué es mejor o peor que la práctica, sino que la enmarca en una búsqueda personal acerca de hacia dónde orientar su carrera. En este sentido, nos mencionó que al regresar a Alemania la espera una pasantía en una empresa en la que realizará muchas simulaciones. Con estas experiencias busca mayor claridad y especificidad para determinar lo que le gusta en términos profesionales. Evalúa que los al menos tres años que le restan para terminar sus estudios serán una oportunidad para afinar su especialidad profesional.
Sobre la vida estudiantil en Alemania nos compartió que las Universidades son en su mayoría públicas, y subrayó que a diferencia de Tandil, siente que el promedio de edad estudiantil es más alto. En sus palabras: “creo que en Alemania los estudiantes son un poco más grandes, aquí con toda la gente con quien hablé tiene menos años que yo”.
Respecto de su elección de carrera, conversamos con Vicky acerca de lo atípico de que las mujeres opten por una Ingeniería Mecánica. Al respecto, nos compartió que de su clase aproximadamente un 15% de las cursantes son mujeres. Nos mencionó que: “en el pasado era mucho peor, pero todavía el porcentaje es malo”.
Desde la Facultad le agradecemos mucho por la posibilidad de conocer su experiencia y creemos que su historia puede inspirar a otras mujeres a seguir optando por carreras de la rama STEM.