Lucas Lo Vercio, nació en Quilmes en 1987 y vivió muchos años en Santa Clara del Mar. En Mar del Plata, ciudad vecina a la suya, la carrera de Sistemas se ofertaba en una universidad privada. Pagar la pensión en Tandil valía casi lo mismo, pero él tenía un dato: en la Facultad no se tomaba asistencia, así que el primer intento fue a distancia. Los resultados no fueron los mejores así que el segundo semestre de 2005 lo encontró mudado a una pensión en la calle Machado, en el glorioso barrio de la Estación tandilense.

En 2009 empezó como ayudante alumno en “Metodologías de desarrollo de software 1”, una materia de tercero del plan de estudios de ese momento. Lo de la docencia se le daba bien asi que también fue ayudante en “Diseño de compiladores”, en “Estructuras de datos” de la TUPAR y en “TIO” de TUDAI, ni bien se creó esta propuesta formativa.

En octubre de 2011 se recibió de la carrera Ingeniería de Sistemas. Pero vayamos unos años hacia atrás. Corría 2007, y a partir de un trabajo realizado para la materia Algoritmos 1 empezó a colaborar con el Pladema, algo que continuó haciendo al punto tal que alojó la realización de su trabajo final, que fue acompañado con la dirección de dos profesionales de dicho instituto: los Dres. Clausse y Cifuentes. Este recorrido, le abrió las puertas para realizar el Doctorado en Matemática Computacional e Industrial -DMCI-. Todo se iba dando rápido, de esa vorágine Lo Vercio recuerda: “Previo a eso trabajé durante cuatro meses en una empresa..necesitaba la plata, así que a 15 días de recibirme, sin vacaciones ni nada, empecé a trabajar…En ese lapso me di cuenta que tenía buenas oportunidades si hacía el Doctorado…a nivel ingresos, si bien la beca era un poco menos de dinero, no se sentía tanto la diferencia.”

Con esa reflexión a mano, en 2012 y con una beca doctoral de CONICET, inició el DMCI con un plan de trabajo sobre análisis de ultrasonido cardiovascular. Lucas nos comenta que: “Hay un procesamiento de imágenes más clásico, al hacerlo con machine learning se produjo un quiebre así que, cuando digo de que trabajo, en general menciono las dos cosas”. En ese entonces, se armó un lindo grupo de trabajo en Pladema sobre imágenes médicas que continúa en la actualidad. 

Lucas había empezado a trabajar con Marcelo Venere, director entonces y actual del Instituto Pladema, en una línea de investigación sobre Ultrasonido, con Mariana del Fresno como directora de su tesis doctoral y con Ignacio Larrabide, quien cuando llegó repatriado se ofreció a codirigir su trabajo. Además, en ese momento Lucas concursó como ayudante graduado ordinario, ambos hechos reforzarían su vinculo con la Facultad.

En 2017 se recibió del Doctorado y, empezó el Posdoc en CONICET. En ese momento, el contexto era de recortes en salarios y proyectos, por ende nada alentador. Había que sumar para el CV y Lucas percibió que, a contramano de lo que ocurría en el país, las oportunidades abundaban en el exterior, por lo que decidió ir a por ellas. Al recordar este momento, Lo Vercio menciona que: “De un lado me expulsaban y de otro me estaban llamando. Fue difícil. Hacía casi 10 años que venía forjando un vínculo muy cercano con la Facultad, más allá de haber sido estudiante, participaba de un instituto de investigación, como docente llegué a ser ayudante de dos materias por cuatrimestre, me había hecho un lugar como docente ordinario en carrera académica. Todavía me siento parte”.  En ese momento se enfrentó a dos opciones: continuar la carrera de investigación en el exterior o ejercer en la actividad privada. Para él esto resultaba una encrucijada, entonces tuvo que elegir: “Decidí que mi esfuerzo tras haber hecho el doctorado ameritaba insistir un poco más en la academia y, como siempre, conté con el apoyo de mis directores”.

El tema de procesamiento de imágenes y machine learning es un tema que está en boga, hecho que quizás explica las múltiples entrevistas que tuvo en Universidades de diferentes países: Australia, Holanda, Irlanda, hasta que llegó Canadá. La Universidad de Calgary se le presentó a partir de un posteo en un Congreso Internacional de Imágenes Médicas que hizo quién hoy es su codirector.  En Agosto de 2018 aplicó y luego de tres entrevistas, viajó a Canadá para quedarse. En ese momento, le confirmaron su primer contrato por dos años en Calgary, por lo que renunció al postdoc de Conicet y licenció sus cargos docentes en Exactas, con la idea de algo más transitorio. Hacer una experiencia en el extranjero, pero con el horizonte de volver. Sin embargo, nadie podía preveer lo que 2020 tendría entre manos. Así lo recuerda Lucas: “La pandemia cambió un montón de planes. Nos agarró al terminar el primer año [de contrato] lo que retrasó el cronograma del proyecto, y yo tenía la incertidumbre de mi futuro laboral si volvía a Argentina. Me ofrecieron extender el contrato acá, entonces renuncié, con dolor, a mis cargos docentes, que era el vínculo que me quedaba con la Facultad”. 

Algo más que árboles de arce

Canadá según el relato de Lucas se recrea como un país multicultural, con una alta tasa de inmigración, con canadienses muy políticamente correctos y amables, pero no tan amigueros como Argentina y con una Universidad en la que hay gente de casi todos los países del mundo, por lo que naturalmente la amistad se da más fácil con gente con la que compartís cultura o formas de ser. Este aspecto para Lo Vercio fue importante desde el inicio: “La sociabilidad de quien viene a trabajar es más acotada que quienes vienen a estudiar…algunos vienen con familia y los márgenes para juntarse son pocos. Me hice un conjunto de amigos, pero chiquito”.

A diferencia de Argentina, donde la universidad es pública y de calidad, en Canadá se paga una fracción de su costo total. Esto resultó un punto de rareza para sus colegas, tal como Lo Vercio apunta: “Yo soy posdoc en Canadá y no pagué por mis estudios, cuando lo comparto con mis colegas de norteamérica esto sorprende mucho”, y completa con el comentario de que en la comunidad de la Universidad canadiense hay una visión más progresista de la sociedad, entonces ven con buenos ojos el modelo argentino. 

El modelo universitario canadadiense tiene sus particularidades como que hay universidades muy focalizadas en educación, otras en investigación, y así según diferentes áreas. La de Calgary, por ejemplo, se especializa en investigación, por lo que cuenta con becas propias para que investigadores ocupen posiciones posdoctorales. En su caso, Lucas nos comparte que: “Mi jefe había ganado para llamar a un investigador de otro país financiado por la Universidad, entonces yo tomé esa plaza”. Su cotidiano en el país del norte implica trabajar en el procesamiento de imágenes en un laboratorio interdisciplinario, que comprende antropólogos, biólogos y profesionales de otras disciplinas que se dedican al estudio de enfermedades genéticas durante el desarrollo embrionario.

Lo Vercio Today

En su actualidad profesional canadiense, Lucas aún trabaja sobre ultrasonido pero el el proyecto en el que participa es muy distinto al que solía realizar en Argentina. Su explicación realizada para que la entendamos muchxs nos da una idea de algo muy complejo e interesante a la vez. Nos dijo: “Ahora trabajo en imágenes de microscopía de fluorescencia con embriones de ratón: pasé de la ciencia aplicada o clínica a ciencia básica. Mi trabajo consiste en desarrollar métodos automáticos para cuantificar distintos objetos en la imagen, como células y tejidos. La cuantificación manual es imposible ya que las imágenes no son claras y el volumen de datos es altísimo. El resto del equipo aplica sus estadísticas y conocimientos sobre biología y biología del desarrollo y confirman o rechazan hipótesis que propone la teoría”. Su expectativa es terminar el posdoc en Calgary mientras se encuentra en una búsqueda laboral activa.

Para cerrar, Lucas destacó las ventajas de una formación integral como la que recibió en Ingeniería de Sistemas en Exactas. Según sus dichos: “Trabajo en un laboratorio interdisciplinario, la mayoría son biólogos. Ellos en bioestadística tienen una formación muy sólida, e incluso son muy buenos programando…Pero además de mi formación doctoral, la formación de base de ingeniería de sistemas a mi me da muchas otras herramientas que ellos no tienen: tuve que comprar servidores, armar redes de conexiones -no es mi tema- y si bien me tuve que actualizar, con la formación de base en arquitectura de redes y computadoras, lo pude resolver sin dificultades”.

¡Lucas es un orgullo de Exactas!