En 1918, lxs estudiantes dieron un ejemplo claro de lo que significa asumir un rumbo propio. La gesta estudiantil, denominada Reforma Universitaria, nació en Córdoba cuando un grupo de jóvenes se levantó contra las estructuras conservadoras que consideraban alejadas de su época y del espíritu de la Universidad. No solo fue un cambio sustancial en las universidades argentinas, sino un acto de emancipación que resonó en toda América Latina. Fue un momento decisivo en el que los estudiantes tomaron las riendas de su propio destino, eligiendo un camino de mayor participación, de equidad y con proyección hacia el futuro. Ellos pusieron en valor su capacidad de elegir y de desafiar las normas establecidas.
Las bases de la reforma en Córdoba que luego se multiplicaron en las universidades del país son vistas hoy como garantías incuestionables: cogobierno con participación estudiantil, docente, nodocente y de graduadxs; autonomía universitaria; libertad de cátedra; educación laica y para todos; investigación y ciencia; extensión y compromiso con la sociedad. Que hoy estén, no significa que siempre hayan estado ni vayan a permanecer para siempre. Quienes transitan hoy nuestras aulas, ¿Se sentirán apropiados de estos derechos? ¿Cuáles serán sus propias luchas? ¿Lxs escuchamos? ¿Alojamos sus miedos? Miedos a los finales, a rendir un oral, a no poder recibirse, a muchas horas de estudio, al fracaso, a no entender, a que la carrera no les guste, a perderse en en el campus, a arrepentirse de sus decisiones, a quedarse solxs, a no encajar, a no sentirse parte… ¿Sabemos cuáles son sus expectativas? De obtener un título, de construir una carrera profesional, de independizarse, de ser feliz con la profesión, de ser feliz, quizás, hasta de escuchar de algún viejo estudiante una palabra de aliento, que le cuente, que le diga, que cada miedo, cada obstáculo, cada desafío es una oportunidad y debe aprovecharla.
Tal vez, sea momento de sentarnos, lxs viejxs y nuevxs estudiantes, a conversar y volver a soñar juntos con una educación que sea de todxs y para todxs, con anhelo de transformar la realidad para convertirla en una mejor versión.
“Ser estudiante evoca al tiempo pulsional, a la metamorfosis más profunda, momento de interpelar, cuestionar e interrogar con espíritu desafiante. Juventud curiosa, palpitante de nuevos mundos en los entramados colectivos, con identidad propia y voz atenta a los gritos del futuro.”
Daiana Garcia, Daiana Esnaola, Camila Molina, Rosana Cepeda, Claudia Marinelli
Coordinación de Asuntos Estudiantiles y de Graduados
Equipo Psico. Social
Secretaría Académica