[EDITORIAL] Las Olimpíadas no son solo un evento

Para nosotros, las olimpíadas no se limitan a un evento deportivo y cultural que ocurre una vez al año. Son mucho más que eso: comienzan como un viaje, un camino ya recorrido por otros. Organizar este evento conlleva dedicación y paciencia, como quien organiza una fiesta sorpresa. Desde las sombras, y gracias al esfuerzo de docentes y no docentes a lo largo de toda la UNICEN, se va gestando durante otoño e invierno el evento que más convocatoria estudiantil tiene. 

Se trata de deportistas y artistas que, junto a sus centros de estudiantes, empiezan a organizar los equipos: quién será titular y quién suplente, los roles, quién será la capitana. Así, poco a poco, los estudiantes experimentados comienzan a profetizar las olimpiadas: “Este año tenemos que aprendernos mejor las canciones”, “Tenemos que conseguir un bombo nuevo”, “¿Dónde quedaron las banderas?”. No solo son disciplinas y competencia; se trata de un sentimiento de unidad, de las rivalidades que surgen a lo largo de los años (pienso en lo lindo que es ganarle a la Facultad de Económicas). Se trata de banderas desplegadas al viento, de canciones que, entonadas al unísono, congregan a estudiantes de diferentes pueblos y ciudades, que cursan carreras y cátedras distintas. 

El espíritu de las olimpiadas radica en la unidad que se genera entre los compañeros de una misma facultad, pero también en el compartir con las demás, en esa apoteosis deportiva que te lleva a pensar en el carnaval, y que, de forma liberadora, nos recuerda que, aun estudiando, podemos (y debemos) disfrutar. A su vez, tenemos la oportunidad de interactuar con pares de Azul, Olavarría y Quequén, a quienes de otra manera sería difícil conocer. Son días primaverales de éxtasis, que te brindan la oportunidad de hacer nuevas amistades, de demostrar tus habilidades en algún deporte o lo bien que tocas un instrumento (entre muchas otras cosas). 

Para una de las once facultades, el final del camino será levantar las copas y colgar los trofeos, pero para todos, será uno de los momentos más lindos del año: una colección de anécdotas, nuevas amistades, viajes, lugares descubiertos, y una sucesión de hechos únicos e irrepetibles. 

Las olimpiadas no son solo un evento.